En esta cuarentena obligatoria, he pensado por mucho tiempo que les llevo ventaja. Sí, el año anterior estuve encerrada por casi 3 meses, por el tratamiento con Alemtuzumab que me hice o me hicieron.
Hace un año la enfermedad había avanzado, la fatiga casi no me permitía comer. Es algo de lo que no estamos muy conscientes, pero digerir los alimentos consume muchísima energía y eso era lo que menos tenía.
Mi capacidad para hilar ideas o expresarlas también se había visto desmejorada. Resultó en muchos momentos de paz para mi familia porque finalmente yo estaba callada Risas grabadas. Sin embargo las cosas no andaban bien y fui donde mi doctor: “han sido 14 años de interferón. Suficiente”, dijo mi médico porque sabía que ya no estaba dando resultado.

Dos semanas más tarde estaba entrando al hospital para empezar mi nuevo tratamiento y después, más de dos meses de encierro. Ya sé cómo es eso de no tener contacto con las personas, ya sé cómo es eso de desinfectar todo, ya sé cómo se siente el miedo. Descubrí miedos que no sabía que existían, a que la gente se acerque, a que estornuden, a que un vegetal mal cocinado me pueda matar. Casi como lo que estamos viviendo ahora, cuando parece paranoia porque no podemos ver a eso que le tememos.
Ahora esos recuerdos me parecen tan lejanos. Tuve miedo, pero me ayudó a sobrevivir, tuve iras, pero duraban poco, porque consumen mucha energía y no la tenía. Sentí tristeza por no poder pararme de la cama, pero tres meses después estuve bailando como si no hubiera mañana. Y la verdad es que no sabemos si hay mañana, pero si estás leyendo esto significa que hay un hoy y con es, de momento, estamos. Creo que esa es una de las grandes enseñanzas, tenemos el ahora ¿qué estamos haciendo con él? Y se los cuento porque eso me ha ayudado a lidiar con la ansiedad, me ayudó con el aislamiento el año anterior y me ayuda durante la pandemia.
Pero el miedo no es del todo malo. Desde el inicio de la historia, el miedo es el sentimiento que nos ha permitido preservar la especie. Seguro que los primeros humanos veían un león y salían corriendo para subirse a un árbol y que no los coman. Bueno, gracias al miedo sobrevivimos.
El miedo nos mantiene alertas. Y aunque si está durante mucho tiempo también nos agota, hoy estoy agradecida por el miedo, porque nos mantiene a salvo. Ninguna medida es excesiva cuando se trata de cuidar nuestra vida. Por lo tanto, desde aquí quiero hacer un brindis por el miedo que hemos sentido todos en este tiempo y que nos ha permitido cuidarnos y cuidar a los nuestros.
Va a pasar, porque inevitablemente todo pasa. Después de eso debemos hacer camisetas que digan “sobreviví a la pandemia” porque será un recuerdo.
Siempre te leo Chica Velcro y te recuerdo con inmenso cariño. Sigue escribiendo y riéndote de la vida, es la mejor manera de vivirla….! Besos
Gracias Xime!!! abrazos